19.7.06

Tiempos díficiles

Ha transcurrido bastante tiempo desde que publiqué mi última entrada en este blog. Quiero agradecer la fidelidad a los lectores que, a pesar de la ausencia prolongada, han visitado el blog para leer notas pasadas, e incluso han dejado comentarios invitándome a no dejar de alimentar la bitácora.

En este intervalo ha habido de todo: dos viajes de importancia (uno a Huelva; el otro a Cáceres y a las Hurdes), una crisis personal anímica. Problemas, crisis, tristezas, alegrías, en confusa algarabía, y tanto en mí mismo como en el entorno próximo de familiares y amigos. Supongo que en eso consiste la vida, en esa mezcla de tristezas y de alegrías.

Pero globalmente, y sin pretender dramatizar, creo que han sido tiempos difíciles. Uno sabe que atraviesa tiempos difíciles cuando, al levantarse por la mañana, visualiza el día que tiene por delante como una sucesión interminable y larga de horas (doce, más o menos; en verano más) que tiene que pasar y vivir durante ese día. Tiempos difíciles: no sé si se podrá denominar así a este lapsus cronológico pero, en todo caso, me gustaría recordar y copiar aquí un hermoso poema de Luis Alberto de Cuenca, con alguno de cuyos versos me he sentido a veces identificado, y que se titula precisamente con esta expresión:

TIEMPOS DIFÍCILES

Era todo tan triste y tan absurdo.
No vivías apenas. Te colgabas
de la pared de la melancolía
y veías pasas las lentas horas
que hacia nada conducen y hacia nunca.
Las mujeres te habían retirado
su protección, los dioses su asistencia
y la literatura su cobijo.
Fueron tiempos difíciles aquéllos.

La juntura española “tiempos difíciles” traduce casi literalmente el sintagma latino tempora dura. La frase latina, traducida aún más literalmente al inglés, es la que usó el novelista inglés Charles Dickens para titular su famosa novela Hard times, publicada en 1854. De similar manera, Almudena Grandes tituló su novela Los aires difíciles, retomando una acuñación de Manuel Altolaguirre (ya hablé de esto). Pues bien, el sintagma latino tempora dura se documenta, al menos, en dos poetas latinos de época clásica, Propercio y Ovidio.

Propercio, en su elegía 1.7, lamenta los “tiempos duros” (tempora dura) que le ha tocado vivir, sometido a la crueldad de su amada Cintia, en contraste con el amigo Póntico, que se dedica a la composición de una epopeya sobre el tema mítico de los Siete contra Tebas. No es de descartar que Luis Alberto de Cuenca pudiera haberse inspirado en este poema de Propercio.

Dum tibi Cadmeae dicuntur, Pontice, Thebae
armaque fraternae tristia militiae,
atque, ita sim felix, primo contendis Homero
(sint modo fata tuis mollia carminibus),
nos, ut consuemus, nostros agitamus amores,
atque aliquid duram quaerimus in dominam;
nec tantum ingenio quantum servire dolori
cogor et aetatis tempora dura queri.
hic mihi conteritur vitae modus, haec mea famast,
hinc cupio nomen carminis ire mei.

Mientras tú, Póntico, cantas las luchas fatales de la Tebas
de Cadmo y la guerra fratricida y –¡ojalá me sintiera feliz así!–
rivalizas con Homero, príncipe de los poetas
(siempre que los hados sean propicios a tus versos),
yo, como acostumbro, me dedico a mi poesía de amor
y busco algo con que doblegar a mi altiva dueña;
y se me obliga a ser esclavo no tanto de mi inspiración como de
mi dolor y a lamentar los días penosos de mi vida.
Así transcurre mi manera de vivir, así es mi renombre,
de esa forma deseo que se extienda la fama de mis versos.
(Trad. A. Ramírez de Verger)

Ovidio, por su parte, en dos ocasiones denomina tempora dura a su período de exilio en Tomis, en conexión con el mal clima de su destino de destierro (Tristia 5.10.13, Pónticas 4.9.88). En la elegía de Tristia 5.10, en el tercer año de su destierro en Tomis, se queja de lo largo y difícil que se le hace el tiempo vivido en el destierro:

Vt sumus in Ponto, ter frigore constitit Hister,
facta est Euxini dura ter unda maris.
At mihi iam uideor patria procul esse tot annis,
Dardana quot Graio Troia sub hoste fuit.
Stare putes, adeo procedunt tempora tarde,
et peragit lentis passibus annus iter. [...]
Scilicet in nobis rerum natura nouata est,
cumque meis curis omnia longa facit.
An peragunt solitos communia tempora motus,
stantque magis uitae tempora dura meae?

Desde que estamos en el Ponto, tres veces se heló de frío el Danubio,
tres veces el agua del Ponto Euxino se ha solidificado.
Pero a mí se me hace que llevo ya lejos de la patria tantos años
como la dardania Troya permaneció asediada por el griego.
Se diría que el tiempo está paralizado: hasta tal punto transcurre lento,
y hasta tal punto el año recorre con pies morosos su camino.
Sin duda la naturaleza se ha renovado en mi perjuicio
y ha hecho todo largo, al igual que mis penas.
¿O es que los tiempos recorren sus fases acostumbradas para el común de los mortales,
y en cambio son más duros los tiempos de mi vida?

Espero y deseo que mis lectores tengan unos tiempos más "blandos" que los de Propercio, Ovidio y Luis Alberto de Cuenca. Eso es algo que debe venir, en principio, propiciado por las vacaciones estivales.

Así que salud, latín y tiempos mejores para todos.

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